Hoy en día...

Todos corren... para qué?. Nadie se habla... por qué? Todos se miran... para qué?. Todos se miran, no se hablan, pero corren... corren como condenados hacia la nada, nadie llega más allá que el otro, solo existe la posibilidad de llegar más rápido. Pero para que apurar las cosas naturales si llegaremos donde mismo.

Cuál es el motivo de no detenerse a hablar con ese que te mira tan anheladamente y que tu solo tiendes a dar vuelta la cara o más que eso a fijarle la mirada en tono desafiante, diciéndole ¡¡por qué me miras?!! Y el otro con su ya cabizbaja mirada te respondo ¡¡porque estás corriendo!!, pero nada más que eso, porque con tu mirada desafiante no hiciste nada más que oscurecerle su pasar, su camino, su futuro.

Anda a dejar esto, no le digas muchas cosas y por favor que sea pronto, es decir, No le hables, y como no tienes tiempo para hablarle porque andas corriendo solo comunicas con tu mirada que no puedes hablar, pero nada más que eso.

Caminen, háblense y mírense... hace bien.