LA ETERNA REALIDAD

De vez en cuando en el camino hay trabas muy grandes, pero para qué tanto, si siempre se persigue ayudar a ese que va andando, lento, cabizbajo y que sin rumbo alguno camina sin parar. Tiernos papalotes que ya no aguantan más la vida, por lo mucho que han tenido, pero poco han recibido.

Ayacautíco queda muy lejos, pocos son los que atreven a caminar tanto para esperar lo inesperado, el fin del viaje, la alegría caminante, de ese que no se atreve pero puede. Allá ella, atrás él, apoyo logístico, que sin mediar, hace mas nada que caminar, que siga adelante que sin ella nadie llegará a esa inesperada realidad que tanto anhela caminar.

Allá ella, atrás él, doblen en el pico del cerro y llegarán a Ayacautíco, dijo la voz ausente, reprimida y latente.